Seguir en la Tierra
En los últimos días ha comenzado la ofensiva por parte de las autoridades universitarias del CUCSH de la Universidad de Guadalajara, para ganarse a la opinión pública en lo que consideran su principal objetivo en el actual conflicto estudiantil: la liberación de las instalaciones del CUCSH-La Normal.
Querer concluir el conflicto universitario de esa manera significa que no han tomado en serio las demandas razonables de lxs estudiantes en paro, las cuales son generalizables a toda la comunidad estudiantil. Por eso apelan a las falacias ad populum como “el paro afecta a 2 mil 600 estudiantes; están en riesgo documentos oficiales, información y equipamiento sensible; se ha impedido el desarrollo académico de miles de estudiantes; los procesos de titulación se han retenido”, en lugar de atender con razones y argumentos el pliego petitorio de lxs estudiantes que mantienen tomado el CUCSH-Belenes.
La estrategia de la burocracia universitaria ha consistido en querer confundir a la comunidad estudiantil y la sociedad de Jalisco. Primero, ignorando a lxs estudiantes en paro al no acudir a ningún diálogo propuesto por ellxs los días 10, 12 y 16 de mayo del presente. Segundo, desconociendo su interlocución, al firmar de manera unilateral, acuerdos con estudiantes pertenecientes a la organización oficialista de la UDG y difundir que el acuerdo fue con paristas los cuales fijarían una fecha para liberar el campus La Normal. Tercero, invitando a una “mesa de diálogo” manipulando el pliego petitorio de lxs estudiantes y reduciendo su participación: “5 representantes de su movimiento” y en la sede CUCSH Belenes. Y cuarto, reconociendo que son estudiantes cuando se les entrega algún documento oficial, como el que el Rector General de la Universidad de Guadalajara a través de su secretaria particular entregó el día 16 de mayo de 2023 en el que les llama ESTUDIANTADO EN PARO o el publicado por la universidad el 19 de mayo del presente dirigido A LAS Y LOS ESTUDIANTES EN PARO, pero rechazando que lo sean ante los medios de comunicación.
¿Para qué convocar formalmente al diálogo a estudiantes para luego afirmar que se duda que lo sean? ¿Por qué reconocerlxs en documentos oficiales como miembros de la comunidad universitaria para luego insistir que son encapuchados o esbozados? Queda claro que la burocracia de la universidad no quiere dialogar sobre los problemas de fondo de este conflicto, los cuales se extienden a otros Centros Universitarios. Por ello, administra de manera pésima el conflicto con la esperanza de que pronto liberarán las instalaciones del CUCSH-La Normal una vez que la opinión pública esté de su lado y “existan las condiciones para hacerlo”.
La realidad es que el CUCSH-La Normal ya fue liberado el 9 de mayo de 2023. Se le liberó del abandono en que se encontraban sus instalaciones, del autoritarismo burocrático y vertical de sus autoridades, de la despolitización de sus estudiantes a través de organizaciones oficialistas, de la falta de democracia interna en la universidad, del empobrecimiento intelectual al que estaba condenado y de la ausencia de la palabra del estudiantado en las decisiones que afectan a la comunidad universitaria.
En efecto, El CUCSH-La Normal fue liberado al momento de que colectivos de estudiantes lo tomaron, por lo que este acto se convierte en uno de los objetivos prioritarios de cualquier organización docente o estudiantil que se niegue a ser cómplice de la lamentable situación en que se encuentran no pocos Centros Universitarios de la UDG. Todo estudiante y docente honesto debería entender que esta toma es una lucha por la universidad para todas y todos; que en ella se plantea otro modelo de universidad horizontal, democrática y libre, que contrasta con los vicios del viejo corporativismo universitario y la nueva industria académica. En suma, con el paro lo que se está poniendo a discusión es que otra Universidad de Guadalajara es posible y que sería justo hacer algo para que las cosas sean diferentes a como son o a como “siempre han sido”.
Por lo que toca a las autoridades universitarias del CUCSH, deberían detenerse un poco a reflexionar que con su actitud autoritaria solo empeorarán la situación. Mucho podrían aprender de las autoridades de las cinco sedes de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) quienes, después de dos meses de negociación, aceptaron el pliego petitorio del movimiento estudiantil que había tomado dichas instalaciones en protesta a la violencia machista que se vive dentro de la universidad. Cuando las autoridades de la UAM dijeron sí a todo el pliego petitorio, las compañeras estudiantes levantaron el paro.
El CUCSH-La Normal ya fue liberado, lo que sigue ahora es el diálogo y la negociación. Por lo anterior, ningún llamado al interés privado o particularista de estudiantes, autoridades, administrativos o docentes, puede ponerse por encima de la democracia universitaria, la libertad para hablar, discutir y resolver problemas de la universidad o la solidaridad ante las siguientes generaciones de compañerxs que aspiran a una educación universitaria pública, abierta, gratuita, segura, libre y digna.