San Francisco de Ixcatán es una comunidad indígena que se encuentra dentro de los límites del municipio de Zapopan, a tan solo 28 kilómetros de la Catedral de Guadalajara, Jalisco. Geográficamente se ubica sobre una ladera de la Sierra Madre Occidental, en el área natural protegida de La Barranca del Río Santiago. La Barranca es una falla geológica por la que fluye el río Santiago y que recorre los municipios de El Salto, Zapotlanejo, Tonalá, Guadalajara, Zapopan, Ixtlahuacán del Río, San Cristóbal de la Barranca, Amatitán, Tequila y Magdalena. Sus grandes cañones de piedra y barrancas, continúan hasta la planicie costera del estado de Nayarit.
Ixcatán, junto con otros pueblos ocupan un área de 52 kilómetros cuadrados, cuya mayor parte de la tierra es propiedad social que abarca Exhacienda del Lazo, San Isidro, San Esteban, Tatepozco, Copala, Los Camachos, Paso de Guadalupe, San José, La Soledad, Huaxtla, Milpillas y San Lorenzo.
A primera vista, este mapa nombra elementos rutinarios: el relieve, la mancha urbana, ríos, zonas de cultivo y sitios de interés. Lo que se busca comunicar es un primer plano de la contaminación de ríos; problemática añeja que afecta a los pueblos de la Barranca. Puede observarse que en las zonas más altas se concentran granjas, depósitos de residuos sólidos municipales y fraccionamientos. Todas estas actividades generan residuos que se transportan hacia el río Santiago por medio de los ríos ‘Laureles’, ‘La Soledad’, ‘Milpillas’ y otros. Los basureros municipales y las granjas generan lixiviados; los fraccionamientos, aguas de drenaje. Los problemas derivados de aguas contaminadas son absorbidos por los pueblos de la barranca, pues la acción de la gravedad empuja los contaminantes barranca abajo, pasando por sus localidades y zonas de cultivo.
Este marca recalca el estado de operación de los basureros municipales; incluso aquellos fuera de operación. Si bien los objetivos oficiales del manejo de residuos explicitan que las condiciones para clausurar deben asegurar que lo que fue depositado ahí no debe desbordarse jamás, la realidad es otra. Haciendo recorrido en campo se constató que el basurero ‘Copalita’ sigue emanando lixiviados que son transportados aguas abajo. Por ello, es de esperarse que los pueblos de la barranca sigan movilizándose a favor de su bienestar, de su derecho a existir.